Los abanicos son el complemento perfecto para el baile flamenco. Pero su fama es mundial. A pesar de tener su origen en China, se han extendido por todo el mundo, adaptándose en cada lugar a la cultura y de ahí cogiendo su forma y desarrollo. En España y en Andalucía por ejemplo, se han gestado y se han afincado mucho los abanicos artesanales y los abanicos pintados. Representando siempre a la zona geográfica y cultural donde están. En la zona oriental por ejemplo, de donde son originarios, se llevan más los abanicos de seda. La fabricación de los abanicos en Andalucía es totalmente artesanal. Están fabricados y compuestos con tela y madera pulida y barnizada por ambas caras. Éstos pueden ser lisos o tener adornos en la madera y en la tela. Dependiendo de la dimensión de los mismos, se pueden usar dentro del baile flamenco. Dentro de Andalucía, hay una gran cultura del abanico. Junto a los abanicos artesanales, se crean mantones de manila y mantillas, íntimamente relacionados con el folclore andaluz y español. Una de las últimas modas y tendencias, junto a los abanicos de seda que siempre están presentes, son los abanicos de plumas. Los de plumas suelen tener un diseño vanguardista, colorista y moderno. Y son muy empleados en sesiones fotográficas y en desfiles de moda. Los precios de los abanicos de plumas oscilan más o menos entre los sesenta y los cien euros, y como mencioné, suelen comprarlos diseñadores de moda para exhibirlos como complemento a sus vestidos. Yo, desde mi punto de vista personal, prefiero los abanicos pintados. Y si son a mano mejor que mejor. Andalucía es una tierra que da vida a los abanicos. En verano, sus calurosas calles están decoradas por abanicos que los lugareños usan. Es un derroche de arte y color pasearse en primavera por una soledad calle de Sevilla mientras sus mujeres mueven el abanico. Y cuando están insertos dentro del arte del baile flamenco, podríamos considerarlo y calificarlo como todo un espectáculo artesanal y artístico.