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Hay cosas que no se deben mezclar
Hay cosas que no se deben mezclar

El legado que dejan las personas  no suele ser una materia que complazca a todos los que les rodeaban. Normalmente los testamentos suelen separar, dividir e incluso enemistar a miembros de familias y sociedades. No son pocos los que vienen preparando el tema de antemano cuando saben que una herencia se avecina, y contactan directamente con un abogado herencia Bilbao que les vaya asesorando con tiempo de sobra. El otro día, escuche una historia en el metro que realmente hubiese dejado perpleja a cualquier persona que hubiera tenido el lujo de oírla. Una señora relataba  que su ex  marido era un abogado mercantil  Bilbao muy famoso, a su vez relacionado con diversos negocios y con los empresarios más influyentes de su ciudad. Este señor puso a su nombre todo el legado que sus suegros le habían dejado a la señora que relataba la historia. Durante los años de matrimonio ella no se preocupo nunca de nada en lo que concierne a posesiones, negocios y demás riqueza que ambos podían haber ido acumulando a lo largo de sus años conyugales. Pero el matrimonio se rompió y tras meses de abogados divorcios bilbao, al final llego la nulidad matrimonial. Una vez que la señora hubo empezado de cero tras haber gastado una buena suma de dinero en abogados divorcios, cayó en la cuenta del fallo que había cometido divorciándose. Su ex marido ahora poseía todos los bienes que sus padres le habían dejado en herencia y ahora era el único dueño y administrador de todos los bienes y negocios que habían establecido juntos durante sus años como pareja. En primer lugar contactó a un abogado mercantil Bilbao que de nada le ayudó, básicamente le dijo que ahora todo era de su marido y ella no podía hacer nada. Ante tal impotencia, ella no quiso quedarse de manos cruzadas y finalmente con la ayuda de un abogado herencia Bilbao, consiguió dejar claras unas cuantas cosas. Como que a ella no le correspondería nada al estar divorciada, pero sí todo a los hijos que el matrimonio tuvo. De casta le viene al galgo, y los que vienen de familia de abogados, intentan solucionarlo todo mediante la abogacía. Creo que de dicho relato se pueden sacar varias conclusiones. Cuando una persona tiene una herencia esta debe ser suya y de nadie más, sin la necesidad de ponerla  a nombre del cónyuge, madre o padre. A pesar de los sentimientos y la afectividad, estos ingredientes jamás deben de mezclarse, pues luego las pérdidas pueden ser infinitas, y sobre todo, las cicatrices psicológicas.  Hay que estar muy seguro antes de dar un paso de esta envergadura y sobre todo teniendo en cuenta de que los matrimonios hoy en día son el triple de efímeros que los de hace cuarenta años.




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