Siempre he estado muy desinteresado y también desinformado sobre el mundo de las fusiones y adquisiciones de empresas. Pero corren los tiempos que corren y más nos vale a la mayor parte de los ciudadanos empezar a estar al día y al menos saber lo básico sobre los significados de tantos términos que empiezan a merodear y rondar por el imaginario colectivo. Hay disparidad entre las situaciones económicas y personales que tienen lugar hoy día en nuestro país. Entre los estratos sociales altos apenas se nota la crisis, y si se nota, no hace mella. ¿Qué le importa la pérdida de millones a una persona que tiene demasiados? Esta falta y este declive se nota y se va acentuando cada vez más conforme nos vamos adentrando en las clases medias y en las clases medias bajas, muchas de las cuales han de acudir al concurso de acreedores particular. El otro día me informaba mediante la prensa escrita de que una de las mayores empresas de mi ciudad asistía a otro de los michos procesos de fusiones y adquisiciones que están teniendo lugar en estos tiempos. Y yo me pregunto… ¿Seguirán los gigantes y las grandes empresas aglutinando y comiéndose a las más pequeñas, y a la vez haciendo así más grande su patrimonio y su volumen? Hay mucho tráfico de compra venta de empresas, mucho no muchísimo. Muchísimo más del que nos imaginamos. En los noticieros y en los medios de comunicación solo nos informan de lo que esa élite que se encuentra detrás de los grandes conglomerados comunicativos, decide que debemos saber. Pero el tráfico empresarial y comercial es exacerbado. De lo que si que nos informan más a menudo es del concurso de acreedores particular; de cada vez más las familias que no pueden hacer frente a sus hipotecas y tienen que acudir a un abogado concursal para que les ayude y asesore. De eso nos informan para que todos los ciudadanos estemos alerta. Alerta y con miedo. Por lo que pueda pasar… El mundo de la bolsa, de la banca y de las empresas, y las noticias que tienen que ver al respecto, están todas y cada una de ellas fuera de nuestro alcance. No nos incumbe; o no quieren que nos incumban. Así no sabremos que hacen los grandes empresarios de nuestro país y cuál es la empresa que está detrás de cualquier objeto que compremos o consumamos a diario. Jamás sabremos con certeza si se producen compra venta de empresas y actividades de este tipo. Prefieren asustarnos con otras cuestiones.