¡Los persianistas al poder!
¡Los persianistas al poder!

Después de llevar muchos años dedicándome a todo lo que es la motorización de persianas y de puertas, sobre todo las de garaje, me voy a dedicar a ello de manera totalmente independiente. Así gano más dinero sin tener que rendirle cuentas a una empresa externa a mí. Me busqué un proveedor de motores para persianas y empecé a venderlos de manera “freelance” por decirlo de alguna manera. En un principio empecé a trabajar de una manera totalmente comercial, yendo a empresas, domicilios particulares, negocios, etc. y ofertándoles el producto en sí (los motores para persianas Barcelona). En un principio me iba bastante bien haciendo estas ventas puerta a puerta, pero llegó un determinado momento, en que no daba abasto. Entonces decidí buscar la ayuda de algún amigo que contase con dotes comerciales. Pero esto a su vez, me suponía algo que no me gustaba nada… compartir los beneficios. Yo, que en un principio me embarqué en esta actividad para ganar dinero sin rendir cuentas a nadie. Por lo que una brillante idea llegó a mi mente… Que aparte de vender estos preciados objetos, decidí, que como conozco bien este mundo, también podría incluir en mis servicios el hacer reparacion persiana Barcelona. Además esto podría hacer que mis ingresos subiesen mucho, porque este tipo de servicios suelen tener unos costos bastante altos, debido a la laboriosidad que requieren por parte del trabajador. Por lo que estructuré mi trabajo de la siguiente manera: mi amigo y nuevo contratado se dedicaría íntegramente a la venta sin más de motores para persianas Barcelona, y yo también, pero sumándole, en mi caso, la reparacion persiana Barcelona. Y la verdad es que resultó ser una idea excelente. Me vino como anillo al dedo, además, teniendo en cuenta que todo lo que es una reparación a mi me encanta. He nacido para ello. Incorporar esta actividad en mi rutina diario, todo sea dicho, fue todo un éxito. Total y rotundo. Ahora, sin comerlo ni beberlo, mi empleado y yo nos hemos convertido en una pequeña empresita, humilde y modesta, pero al fin y al cabo empresa. Mi compañero suele vender unos dos motores para persianas cada semana y media, y yo más o menos igual, sumándole a estos beneficios la facturación por las reparaciones e instalaciones de persianas. Quizás, incluso me estoy planteando, de enseñar a uno de mis sobrinos el oficio de persianista y que me ayude con las reparaciones. ¡Todo en familia!




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